En esta página encontraréis todas la actividades, vivencias y novedades que ocurren en este pequeño pueblo monegrino. En definitiva, cómo es la vida En Albalatillo.

miércoles, 8 de junio de 2011

COMO NO HABLAR DE...LA CANTERA



Lugar de escondite, de quedada, de risas, de confidencias, de secretos a voces...lugar de amigos. Eso ha sido y es la Cantera para todos aquellos que han pasado algún momento de su juventud en Albalatillo, y hoy en día lo sigue siendo.

A pesar de ser uno de los sitios más solitarios durante el frío y largo invierno, en verano se vuelve un “hervidero” de jóvenes que salen de la plaza en esa dirección, para tener un poco más de intimidad frente al resto de la gente.

Escondida tras la plaza y con unas inmejorables vistas hacia la Huerta vieja y el río Alcanadre, no hay lugar en Albalatillo que haya visto más historias de adolescentes que éste. Aunque cabe decir que no ha sido el único, ya que algunos otros como la calle Ronda del Este (“el banco de la Regaliz, por ejemplo”) también han sido testigos de muchas noches de juventud.

Muchos de nosotros, mientras el acné empezaba a aparecer en nuestra cara, pasábamos en la Cantera tardes y noches enteras. Lo mejor de todo es que hoy en día este lugar sigue teniendo la misma función. La función de ser aquel sitio del pueblo, un poco más privado que los demás, al que “no está permitido” el acceso de....padres.

La Cantera está deseando que llegue el calor y que las voces de los niños se empiecen a oír por todos los rincones del pueblo, porque eso significará que nuevos niños la pisarán, o que los ya veteranos de este lugar volverán a frecuentarla, y seguro que allí se vuelven a vivir momentos inolvidables.

Muchos no tan jovencitos hoy en día me han confesado haber pasado allí muchas horas de su vida durante sus “años mozos”. No hagamos pues que esta “tradición” se pierda, y dejemos que este lugar siga teniendo esa intimidad de la que, los que ya no nos escondemos, pudimos disfrutar.


1 comentario:

ripoleta dijo...

Hola a todos:
¡Si esa cantera hablara...!
Cuando yo la frecuentaba no estaba tan asfaltada y tan maja. Había una senda para bajar al camino del río. Los que ahora tenemos hijos que la frecuentan les hemos carrañao alguna vez por ir allí, pero si echamos la vista atrás veremos que nosotros hacíamos lo mismo y lo recordamos con añoranza.
Saludos,
Gema Ripol Valentín